La noche del 31 de octubre tiene varias denominaciones: de los disfraces, de los dulces, de los niños, de las brujas, o Halloween, como se le conoce mundialmente. Su origen es una mezcla cultural construida por retazos de historia. Aunque sus fundamentos provienen de lo desconocido, de lo oscuro e inentendible, el avance de la ciencia y la medicina ha reconocido que la raiz de los principales personajes en el imaginario popular de Halloween, quizá tiene una explicación sustentada en condiciones médicas que fueron realzadas o exageradas para aumentar la fantasía.

El más representativo de los vampiros es el conde Drácula, destacado por evitar al máximo los rayos solares y saciar su sed con sangre que extrae de sus víctimas al incrustar sus colmillos en el cuello. La aproximación al diagnóstico de Drácula como paciente sería contundente: Porfiria. Una enfermedad en donde se presenta un trastorno en la producción de hemoglobina, y una acumulación de porfirinas*, lo cual se traduce en una palidez general e hipersensibilidad a la exposición solar, en tal grado que se pueden generar ampollas y deformaciones. En algunos casos las encias aumentan su volumen, lo cual hace más notorios los colmillos. Antiguamente a los pacientes que sufrían de porfiria se les daba a beber sangre como un remedio racional a su deficiencia.

Los zombies o muertos vivientes no son producto de un complejo virus de laboratorio. Provienen principalmente de una práctica Vudú haitiana, en la cual una poción administrada a una víctima lograba reducir su metabolismo hasta parecer muerto; sin embargo podría revivirse mediante un antídoto. Científicos de Harvard acompañaron el proceso de zombificación, y encontraron que el polvo era una mezcla de extractos vegetales y animales, los cuales contenían sustancias neurotóxicas y citotóxicas, principalmente derivadas del pez globo, fuente del polémico plato fugu, el cual, si no es perfectamente preparado, puede causar una grave intoxicación y hasta la muerte, debido a la tetrodotoxina, una sustancia 1200 más veces tóxica que el cianuro.

Si algún conocido te revela que sufre de hipertricosis, no debería alterarte; sin embargo al indagar un poco más en la condición reconocerás que estás frente a alguien que podría pasar fácilmente por un hombre lobo. La hipertricosis es conocida por causar exceso de vello, el cual muchas veces puede cubrir completamente el cuerpo. En algunos casos la enfermedad se explica como mecanismo de defensa, copando la totalidad del cuerpo con vello, puesto que la piel es extremadamente sensible a la luz, esto motiva a los afectados a limitar sus salidas a paseos nocturnos, y naturalmente la luna sería la compañera de tales travesías.

Las Brujas, mujeres a las cuales se les atribuyen poderes mágicos, generalmente malignos y derivados de pactos oscuros, han estado presentes desde tiempos remotos. En algunas culturas se les reconoció por su libertad, por ser portadoras de conocimientos poderosos, posteriormente la leyenda se fue degradando hasta convertirse en una persecución, la más legendaria es la de las brujas de Salem. Dentro de las acusaciones se aducían alucinaciones, las cuales podrían ser provocadas por el consumo de un hongo que crece en el centeno, que luego al ser convertido en pan, era consumido por las personas y generaba este tipo de conductas anormales; sin embargo lo más determinante en el juicio de estas personas se vio influenciado hacia el fanatismo religioso y la histeria colectiva.

Hoy en día la fascinación por lo oculto debe ser complementada con un enfoque racional y la busqueda de explicaciones lógicas a fenómenos incomprensibles. Dentro de esta perspectiva, Halloween retrata una parte de nuestra idiosincrasia y se convierte en una fiesta multicolor, en donde tenemos la oportunidad de extrovertir la rutina y reconocer a los demás como lo hacen los niños, en medio de la sorpresa permanente y la imaginación creativa.

*Las porfirinas son químicos naturales en el cuerpo que ayudan a formar muchas sustancias importantes. Una de estas sustancias es la hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno en la sangre.

Redacción y realización: Equipo Farmalium