Suplementos dietarios... ¿Sobrevalorados?
Ningun suplemento alimenticio puede igualarse a una alimentacion saludable y balanceada; el mercado crece, ¿los beneficios crecerán igual?
El mercado mundial de venta de suplementos dietarios y vitamínicos, crece anualmente a un ritmo desbordado, inclusive por encima de otros mercados de productos alimenticios, principalmente debido a ese tsunami de beneficios - la mayoría infundados – que prometen y se multiplican gracias a la necesidad, la ansiedad y en algunos casos, al morbo por la figura ideal de las personas que buscan cualquier alternativa para curar, tratar o prevenir las enfermedades del siglo XXI, lejos de la prescripción y el consejo médico.
Los beneficios que se pueden encontrar asociados en la publicidad de los suplementos dietarios van desde mejorar el desempeño sexual, diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, y hasta cura para el cáncer. Nada más alejado del objeto que tienen este tipo de productos: complementar la dieta normal de una persona. Los más sospechosos son aquellos que prometen cosas sobrenaturales, o resultados que no se lograrían con hábitos saludables o terapias farmacológicas reconocidas, como disminuir el 30% del peso con unas cápsulas inofensivas, resultando ser productos fraudulentos que contienen sustancias peligrosas. Un ejemplo es el de la Sibutramina, una molécula presente en algunos suplementos dietarios fraudulentos que presenta riesgo de conducir a infartos, depresión o derrames cerebrales.
Si bien existen sustancias reconocidas como seguras en ciertas dosis, existen amplios estudios los cuales concluyen que aunque no se descartan pequeños beneficios, el consumo de suplementos alimenticios no tiene efectos contundentes y por el contrario, altas dosis podrían llegar a ser perjudiciales. El consumo de suplementos que dicen contener antioxidantes, vitaminas del complejo B, Vitamina D, Beta-caroteno, Vitamina E, los cuales han sido dirigidos a personas con diferentes condiciones, dentro de ellas enfermedades crónicas, deficiencias cognitivas, insuficiencia renal e historial de eventos cardiovasculares, no han demostrado efectos diferentes a los obtenidos con aquellos pacientes que han consumido placebo.
La invitación es a cuestionar los productos que ofrecen fórmulas milagrosas y adentrarse en prácticas de alimentación saludable, que no solo son más económicas que muchos de los suplementos dietarios, sino que motivan hábitos que van a generar cambios integrales en su vida. Si bien este tipo de productos en algunos casos pueden llegar a ser provechosos, siempre debemos consultar con los especialistas de la salud acerca de su consumo.
Redacción y realización: Equipo Farmalium